Por Verónica Toro
 

 
Ignacio López Rayón siguió el legado de Hidalgo junto con el cura José María Morelos y Pavón. Rayón reunió a todas las tropas que se encontraban dispersas por las diferentes ciudades; mientras tanto en el sur, Morelos formó su propio ejército y dividió sus campañas de la siguiente manera:
 
La primera, en el mes de octubre de 1810 en Carácuaro, Michoacán, de donde salió con apenas 25 hombres armados pero se le unieron nuevos líderes como los hermanos Galeana, Bravo y Vicente Guerrero. En la segunda, Miguel Bravo y Valerio Trujano se irían a Oaxaca, los hermanos Galeana a Toluca y Morelos a Puebla pero Calleja los cercó durante 73 días e intentó dominarlos, sin embargo, nunca logró su rendición. Algunos otros hombres se unieron a las tropas como Mariano Matamoros.
 
En la tercera campaña, Valerio Trujano y Morelos resultaron victoriosos en Huajuapan, Oaxaca al igual que en Veracruz y Puebla. En 1813, inició la cuarta con la toma de Acapulco; decidieron dividir el ejército para ampliar la conquista pero Matamoros cayó prisionero por órdenes del ahora virrey Calleja.
 
Morelos decidió permanecer inactivo hasta 1815. Al ser encontrado, lo trasladaron a la Ciudad de México, lo declararon “hereje” por ir en contra de las leyes eclesiásticas y lo fusilaron el 22 de diciembre en San Cristóbal, Ecatepec.
 
La resistencia y consumación
Juan Ruiz Apodaca, el nuevo virrey, prometió que perdonaría a los insurgentes con la condición de que se rindieran y entregaran sus armas. En ese momento aparece Francisco Javier Mina, quien estaba en contra del gobierno monárquico y junto al fray Servando Teresa de Mier, comenzaron la nueva aventura contra el dominio español; sin embargo, fue sorprendido en el rancho El Venadito, en Guanajuato y fusilado en noviembre de 1817.
 
El coronel Vicente Guerrero continuó peleando y logró librar muchas batallas gracias a un sinfín de circunstancias que influyeron en gran medida para que el país se emancipara: la lucha de los españoles por deshacerse de la monarquía virreinal (plan a cargo del coronel Agustín de Iturbide); la alianza Iturbide – Guerrero para independizar los territorios y la firma del Plan de Iguala el 24 de febrero de 1821, el cual proclamaba que la Nueva España sería completamente libre de cualquier potencia.
 
El virrey de ese año, Juan O’donojú se reunió con Iturbide para elaborar los “Tratados de Córdoba”, los cuales consistían en nombrar a la nueva nación como imperio mexicano y ordenar la salida de las tropas españolas de todos los territorios.
 
El 27 de septiembre de 1821, entra el ejército conocido como “Trigarante” a la Ciudad de México y finalmente la lucha que inició Miguel Hidalgo, logra consumarse con la firma del acta de independencia… ¡Viva México!